jueves, 15 de febrero de 2018

PS4 - The Last Guardian

Éste fue el juego por el que compré una PS3, una obra de la mano de los creadores de Shadow of the Colossus e Ico que iba a revolucionar la narrativa en las aventuras y a dar una historia emotiva.

Pero los años fueron pasando, y The Last Guardian acabó siendo uno de esos juegos que nunca se anuncia, una promesa anual que tardó mucho en acabar en las tiendas. Pero salió (en la siguiente generación de máquinas), y aquí tenéis mi reseña.

Historia: En el juego controlaremos a un chico que despierta encerrado en un pozo junto a una bestia gigante. Tras unos titubeos iniciales, poco a poco se irá creando un vínculo entre el chico y la bestia, a la par que exploramos el entorno e intentamos encontrar una forma de llegar a casa.

No sería un juego con una trama profunda, pero sí que consigue hacer que el jugador se sienta dentro de una historia, sin apenas contexto ni diálogos y se lance a protagonizarla.

Además, el vínculo entre los dos personajes es muy emotivo, y el auténtico motor de la trama del juego.

Apartado Técnico: Cuando se presentó el juego era una auténtica virguería técnica, un portento que merecía la compra de una consola (como fue mi caso). Pero el paso del tiempo le ha pesado al proyecto, que pese a lucir de forma notable, tiene muchos dejes de una generación anterior, como ciertas texturas o partes del escenario.

Por suerte el apartado artístico lo camufla todo bastante bien, con vistas realmente bien trabajadas, una arquitectura muy particular (y que comparte con los dos proyectos anteriores del mismo creador).

Y luego la estrella del show, que no es otro que la bestia que nos acompaña en todo momento, un animal que se siente vivo y que se debe llevar casi todo el procesamiento de la PS4. Es un gustazo verlo en movimiento y sólo por eso ya vale la pena acercarse al juego.

Jugabilidad: Estamos ante un juego eminentemente de puzzles, de reconocer el terreno y ver cómo llegar a la siguiente zona o cómo hacerlo para colarnos por cierta rendija.

Para ello controlaremos al personaje principal en todo momento, un chaval que no es ningún portento físico.  Además, daremos órdenes sencillas a Trico (la bestia), que podrá (o no) obedecer.

Así, la jugabilidad acaba empujándonos a probar distintos métodos para sortear los obstáculos, a la par que intentamos convencer a nuestro amigo de que haga lo que queremos (se comporta como un animal real, y a veces es casi imposible hacer que deje de hacer cosas tan chorras como mirarse en un charco).

Reconozco que la experiencia no es para todo el mundo, porque puedes estar haciéndolo bien pero que sea Trico el que no quiere hacer lo que le dices (te toca esperar), pero la satisfacción al ir avanzando y el vínculo que se crea con la bestia bien valen el esfuerzo.

Opinión Personal: The Last Guardian es un juego muy personal, una aventura objetivamente notable a la que le falta un poco para llegar al sobresaliente.

Posiblemente el tremendo tiempo de desarrollo haya sido su mayor handicap, pasando de una plataforma a otra y cambiando de tecnología entre medias, algo que nunca acaba bien.

Y aun así, la especial sensibilidad de Fumito Ueda (el creador) consigue un juego distinto, una aventura sin apenas diálogos, con un bicho que no siempre nos hace caso y en un lugar misterioso repleto de peligros. Pero una aventura interesante, divertida de jugar y con un punto especial e indiscutible: Trico es un amor, una proeza técnica que os quedaréis mirando en más de una ocasión, tanto por su comportamiento como por lo bien que luce en pantalla.

Os exasperaréis, sonreiréis e incluso puede que soltéis alguna lagrimilla. Y eso no está al alcance de cualquiera.

Sí, puede que los puzzles pudieran estar mejor, o tener un punto extra de calidad en la narrativa, pero el caso es que éste es el juego que finalmente salió y no el que pudo ser, y como tal creo que es un juego que vale la pena jugar aunque sea por lo distinto que es.

A mí me convenció, probadlo y me contáis.

Valoración Personal: 8,0.

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