miércoles, 29 de junio de 2016

Bola de Drac #17 a #22

Sigo con el repaso a Dragon Ball por sagas (no os preocupéis, después de ésta sólo quedan otras dos) y le toca a una de las más recordadas: la saga de Freezer con el planeta Namec como centro de la acción.

La premisa es sencilla: las bolas de Dragón de la Tierra han desaparecido tras la muerte de Piccolo, así que deciden ir planeta de origen de éste buen hombre para usar las que parece que tienen allí. Pero no sólo ellos querrán las bolas, Vegeta y Freezer (nuevo villano y teóricamente el más poderoso del Universo) también acabarán en Namec.

Como avanzadilla veremos cómo Gohan y Krilin hacen lo que pueden, descubriendo cosas sobre el mundo en el que están y sobre los terribles enemigos a los que se enfrentan: una especie de organización militar dominada por un ser de poder supremo. Organización a la que Vegeta pertenece, por cierto.

De lo mejorcito de ésta saga son sus malos, diseños alienígenas uno tras otro en los que Toriyama se puede quedar a gusto y dejar de hacer siempre las mismas caras. Son personajes que tienen su carisma y que pondrán en aprietos (están siempre escondidos) a los protagonistas.

Está muy bien también que Goku aparezca con la saga avanzada, como una especie de último recurso para vencer al malo (no deja de ser el protagonista), y es que la idea de substituir a Goku por su hijo se ve venir pero aun no funciona.

Llama la atención la escalada de poder que hay en ésta saga, Krilin mismo multiplica por diez su fuerza en unos días (algo que sabemos gracias a unos detectores que nos dan la fuerza en número), y lo que pasa durante el combate final no tiene nombre, siendo de entrada un ser de fuerza increíble el enemigo, cómo leches debe ser al final?

Quitando ésta afición a hacerlo todo más fuerte y con más transformaciones, asistimos también a la primera transformación en súper guerrero, cuando se ponen rubios, vamos. Y no deja de ser una escena espectacular.

Parece mentira la capacidad para reinventarse del autor y la imaginación que demuestra al ampliar el escenario de Dragon Ball de ésta manera.

El dibujo del autor ha pasado de unas líneas muy suaves y unos personajes aniñados a algo más anguloso y con mucha menos inocencia. Se nota la evolución a lo largo de los años, aunque no tengo claro si para bien (aunque sigue siendo muy agradable de ver).

Resumiendo: una saga mítica por lo que caló el enemigo y por el ritmo frenético que tiene. Nos quedan la de los Androides y la de Buu, otras que cogen de ésta la subida de nivel cada pocas páginas. Así que diré que ésta es la que más me gusta de la etapa Goku adulto y creo que os podéis hacer una idea de lo bien que está.


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