miércoles, 13 de abril de 2016

Bakuman #10 a #17

Cuando empecé a releerme algunas obras para comentarlas por sagas (con Slam Dunk) mi idea era condensar unos pocos tomos en un comentario de tres o cuatro párrafos. Algo que se me hace tremendamente complicado al coger ocho tomos de Bakuman y considerarlos una saga en sí mismos.

Supongo que podría haber partido antes, pero me parece que lo correcto es considerar éstos ocho tomos como un todo, una historia que nos cuenta desde que el dúo protagonista consigue su nueva serie en la shonen Jump hasta que están lo suficientemente maduros como para intentar colar una segunda con la que cumplir sus sueños.

Uno de los puntos fuertes de éste manga es que el tiempo va transcurriendo, con lo que en ocho tomos asistimos a algún que otro añito en la vida de los personajes, algo que se nota al ver desde bodas hasta personajes deteriorados físicamente; incluso cambios de editor, gente nueva que entra en la revista, etc… éste paso del tiempo te permite introducir de forma natural un montón de conceptos, hacer que las series tengan ya hasta ocho años o ir haciendo entrar o salir series del grupo protagonista.

Todo esto viene para decir que incluso tratándose de una serie que cuenta la vida de dos mangaka tiene un dinamismo muy alto, piques con otros autores, enemigos acérrimos, ránkings para saber cómo van, dramas personales… como es ingente la cantidad de cosas que suceden en éstos ocho tomos por culpa de lo que ya he comentado (que pasa el tiempo) sumado a la gran cantidad de texto por viñeta, comentaré los tramos que más me han gustado (y los que menos, que también los hay).

Lo primero es que siguen aplicando en Bakuman los elementos que aprenden los protagonistas, humor serio, mejora de dibujo, batallas atípicas… elementos que incrementan el metalenguaje hasta límites insospechados.

Luego que seguimos descubriendo facetas de la Jump, y no todas la dejan bien (el cómo tratan a autores que hace tiempo que no publican). Interioridades que puede que no interesen a demasiada gente, pero a mí me gusta saberlas.

El elenco de secundarios también merece un aparte, personajes que se vuelven tan importantes como el dúo protagonista y de los que vemos sus vidas y sus sueños a medida que van pasando los años. La sensación de estar ante un grupo de gente viva es abrumador, personajes como Hiramaru y su edito o un Nakai venido a menos son simplemente épicos.

Por último tenemos las siempre importantes obras ficticias que crean éstos mangaka: la mayoría de ellos acabarían en mi estantería, incluso llega a darte la sensación de que existen de tanto que oyes hablar de ellas (o ves sus páginas o diseños).

En el lado negativo tenemos una narración en ocasiones farragosa, ese exceso de texto puede cansar al menos paciente, echándose de menos más narración gráfica y menos explicación. Y luego está el enemigo; el “malo” de la serie que va apareciendo con un ideas curiosas pero que se hace odioso y cansino más que carismático.

Como podéis ver pesan mucho más los pros durante el tiempo en que nuestros autores maduran haciendo Pcp; un grueso de la serie (ocho tomos de veinte) que deja encarrilada la serie para su tramo final (tres tomos que supongo que comentaré juntos).

Y con ésta relectura se confirma: Bakuman es una obra imprescindible para cualquier aficionado al comic, tanto por su buen guion como por su excepcional dibujo, una obra en mi opinión superior a Death Note (de los mismos autores) aunque el impacto no sea tan exagerado cuando empiezas a leerla.

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