jueves, 7 de mayo de 2015

Hannibal T2

Una de las mayores sorpresas de la televisión de la temporada pasada fue Hannibal. Una afirmación que no me podréis debatir aunque la serie no os guste. Por qué? Básicamente porque estamos ante un producto muy de HBO o similar emitido en un canal en abierto (imaginaos ésta serie a las 9 de la tarde por antena 3) y que pese a estar en la cuerda floja en cuanto a su cancelación consiguió la renovación para la temporada que os comento hoy.
Vaya por delante que estamos ante una serie para estómagos duros, con multitud de escenas gore no sólo por la imagen en sí sino por la carga que llevan con ellas. Además, el ritmo de la serie y el montaje de algunas de las escenas puede sacar del producto a más de uno: idas de olla, sueños varios, metáforas visuales… todas necesarias al tener a un protagonista tan perjudicado como es Will Graham.

Dicho esto, la temporada empieza justo en el punto donde lo dejó la anterior, con Will en una cela inculpado por los crímenes de Hannibal; convencido de la culpabilidad del psiquiatra pero sin nadie que le crea.

Así las cosas iremos viendo cómo el protagonista irá atando cabos, convenciendo a gente para su causa y estrechando el cerco sobre el verdadero monstruo, aunque para ello deba acercarse más y más a él.

Estamos ante una temporada sublime en las interpretaciones, destacando el duelo entre los personajes de Graham y de Hannibal, ambos para premio sin lugar a dudas. Además, el tema visual es increíble, con una luz que le sienta de maravilla e imágenes que en ocasiones son pequeñas obras de arte.

Por el lado malo tenemos algún capítulo hacia la mitad de la serie que se antoja de relleno, con un nivel algo más bajo y un ritmo irregular.

Pero en general estamos ante un producto redondísimo, de gran guion y factura técnica que encantará a todos los que “disfruten” de éste tipo de thrillers sangrientos y horrorizará a gente que busque una narración rápida o no soporte ver la sangre en pantalla.



Se nota que a mí me ha gustado mucho? Pues ya sabéis, miradla y me contáis qué os parece.

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