viernes, 22 de febrero de 2013

Devorador de Almas - Malus Darkblade III


Hacía un tiempo que no me ponía con ésta saga, es lo que tiene el abrir tantas sagas distintas y no acabar ninguna, ir avanzando pero sin finiquitar… pero bueno, dicen que en la diversidad está el gusto.

Historia: Guerrero, traidor, monstruo. Incluso entre los traicioneros elfos oscuros, Malus Darkblade destaca como un paradigma de la crueldad más absoluta. Cuando roba un mapa que señala el camino hacia un poder secreto oculto en las profundidades de los Desiertos del Caos, Malus ni se imagina que puede ser una trampa que le tiende el antiguo demonio Tz’arkan. Ahora tiene que recuperar su alma, y para ello tiene por delante un largo camino que lo llevará al cumplimiento de su parte del pacto. Su última misión lo lleva a un embrujado mausoleo de elfos oscuros en busca de una daga maldita que otorga a su poseedor terribles poderes. ¿Qué puede temer un elfo oscuro sin alma?

La campaña para recuperar el segundo objeto necesario para liberarle de la maldición del demonio Tz’arkan ha terminado, y ahora Malus vuelve a su patria con un barco lleno de riquezas y unos pocos marineros no demasiado leales.

En ésta novela dejaremos atrás el ambiente marinero de la anterior y volveremos a la patria de los druchii. Todo empezará con la idea de recuperar el tercer artefacto (de cinco) que necesita Malus, pero enseguida se complicará en una serie de traiciones y asesinatos que irán in crescendo hasta un buen final.

Lo mejor de la novela es el nuevo cambio de panorama. Si la primera era la ciudad de Hag Graef y el viaje en busca de una reliquia y la segunda era mucho más marinera, en ésta tercera se añaden las batallas a gran escala y una nueva ciudad entre los elfos oscuros.

Viejos enemigos que regresan, un Malus que no calcula bien las consecuencias de sus acciones y una telaraña de profecías que parecen empujar al protagonista hacia un trágico destino haga lo que haga.

Empieza siendo algo bastante light, pero hay que reconocerle que pese a ser una novela franquicia tiene bastantes giros de guión y cambios de planes, no se limita a ir en línea recta, lo que es muy agradable al leerla.

Personajes: Como he dicho ya en el resumen, hay unos pocos personajes que vuelven de libros anteriores, lo que sumado a un par de interesantes nuevas adiciones le dan algo más de peso a la novela.

Malus y Tz’arkan: El primero sigue intentando liberarse del demonio a la vez que cumple sus propios sueños de grandeza y gloria, desgraciadamente su ya mencionada tendencia a actuar sin pensar (sobretodo en una ocasión puntual) le pega un revolcón a su vuelta triunfal que lo deja un poco del revés. El demonio, por su parte no acaba de tener el peso que tenía antes, pero deja claro que cada vez está más y más unido a su portador.

Lugartenientes de Malus: Desgraciadamente, Malus deja atrás enseguida a Hauclir, su lugarteniente. El grupo de elfos fieles a Darkblade sale poquísimo, pero es interesante ver cómo se dejan sentir las acciones de su señor en los sirvientes.

Arca negra: En el arca a la que llega Malus aparece toda una nueva sociedad de elfos oscuros, con sus dirigentes y nobles. La verdad es que sigue pareciéndome que el autor sabe retratar muy bien la mentalidad de los druchii, una especie de honor traicionero más que retorcido.

Autarii: Los elfos oscuros que viven salvajes también tienen su pequeño papel en la novela, sobretodo me ha llamada la atención una elfa con un tatuaje en forma de dragón, que pese a salir poco se hace muy carismática.

Otros: Hay unos cuantos personajes de importancia vital en la novela (los que aparecen en el Arca Negra), pero debido a lo importantes que son en el desarrollo de la trama no los desvelaré. Simplemente decir que los viejos conocidos tienen grandes papeles.

Opinión Personal: Sorprendido.

Y digo sorprendido porque el primer libro de la saga fue bastante flojito, siendo simplemente entretenido. El segundo tampoco era nada del otro mundo, pero lo puntué con un punto y pico más que al primero, con lo que mejorar mejoraba, y bastante.

Y éste tercero vuelve a hacerlo.

La historia de Malus va creciendo en entidad a medida que transcurren los volúmenes de la saga y todo el entramado se va haciendo más y más grande. La búsqueda del protagonista choca con otros planes, historias con cientos y miles de años de antigüedad que le pillan justo en medio y de las que suficiente hace con sobrevivir.

El personaje también ha crecido, así como la narración. Es cierto que sigue habiendo un exceso de acción injustificada (mucho menor), pero está todo mejor hilvanado y los distintos giros de la novela satisfacen al lector.

No es un libro para sibaritas (abusa de multitud de recursos, el personaje se nos muestra casi muerto y sigue haciendo proezas físicas, hay combates perfectamente evitables y la decisión que gira la trama del libro no pega con lo que sabemos del personaje hasta el momento). Pero se le perdona porque sigue siendo una novela de Warhammer al uso, con sangre a raudales y una trama digna de una película de acción y aventuras. Pero el autor va sabiendo encontrar poco a poco su lugar, dando como resultado un producto mucho más pulido y entretenido.

Lo recomiendo? De momento sigo diciendo que no. Pero igual las dos novelas que me quedan para concluir la historia de Malus Darkblade acaban por convencerme… quien sabe.

De momento sólo os lo recomiendo si sois fans del mundo en el que se desarrolla, y es que hay pocas posibilidades de meterse en la cabeza de un elfo oscuro como éste.

Valoración Personal: 7,9.

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